jueves, 9 de enero de 2014

Incongruencias actuales de la Ley de Ajuste Cubano


Resumen de los Antecedentes

Primeros días de la emigratión en la
Etapa Revolucionaria, 1959
Desde los inicios de la Revolución Cubana la emigración de nacionales hacia los Estados Unidos fue un inconveniente que tuvo que enfrentar el Gobierno de la Isla. Los primeros cubanos que decidieron abandonar el país pudieron hacerlo de la manera más simple, acudiendo a un aeropuerto con su pasaporte visado, con el billete conveniente y abordando un avión que aterrizaría posteriormente en algún lugar del basto país. Pero este fenómeno no solo representaba  una imagen negativa para el la Revolución, sino que suponía aceptar que los más preparados (médicos, ingenieros y todo tipo de profesionales) escaparan en la avalancha y se produjera un vacío  tecnológico, científico y cultural difícil de sustituir. La nueva administración del país reaccionó con rapidez y comenzó a poner trabas migratorias. Entre éstas destacaba la de castigar con trabajos forzados, al menos durante un año, a los que pretendían abandonar el naciente Estado Revolucionario. Una de las regulaciones más ridículas fue la de decomisar toda pertenencía de valor a los cubanos (relojes, anillos de compromiso, etc.), llegando incluso al ridículo de establecer el límite de siete prendas interiores en la valija del pasajero. Las anécdotas de aquellos primeros emigrantes de la Revolución son realmente espeluznantes. 

A pesar de estas y otras medidas de contención, la emigración legal e ilegal no cesaba. Los cubanos que habían logrado abandonar el país comenzaron a acusar al gobierno cubano de someter a torturas de todo tipo a quienes por alguna razón tomaban la decisión de «traicionar a la Revolución». 

El siguiente fragmento está tomado del discurso de Fidel Castro en su Resumen de:

«Los Actos del V Aniversario de los Comités de Defensa de la Revolución, el 28 de Septiembre de 1965» 
…No somos nosotros los que nos oponemos a que los que se quieran marchar se marchen, sino los imperialistas. Y puesto que esto es así, nosotros incluso estamos dispuestos a habilitar un puertecito en algún lugar para que todos los que tienen parientes aquí no tengan que correr ningún riesgo, no tengan que exponer a sus familiares a riesgos de ningún tipo. Podríamos habilitar, digamos —por ejemplo—, el puerto de Camarioca, en Matanzas, que es uno de los puntos más próximos, para que todo el que tenga algún pariente le damos permiso para venir en el barco, sea quien sea, con todas las garantías, avisando con tiempo por correspondencia. Y si no puede, que se dirija entonces, la correspondencia la pueden dirigir al Ministerio del Interior, sí, para que tenga todas las garantías; y si quieren, 48 horas de permanencia en el puertecito, para que una vez allí les avisen a los familiares que los vienen a buscar y se los lleven por un medio seguro…

Emigrantes de Camarioca, 1965
Por esta razón, el 28 de Septiembre de 1965, en este mismo discurso, que dejó patentado que la palabra de Fidel Castro era la Ley, el Gobierno Cubano abrió el puerto de Camarioca y ofreció facilidades logísticas que permitían a los cubanos residentes en los EEUU recoger a sus familiares y amigos. Ante este paso, el Gobierno Estadounidense comenzó a negociar con el Gobierno Cubano un pacto migratorio que culminó el 6 de noviembre de 1965, cuando se firmó el «Acuerdo entre Cuba y Estados Unidos de noviembre de 1965» en donde se establecen las pautas migratorias entre ambos países. Sin embargo, existía un vacío legal para los cubanos que llegaron antes de esa fecha a los EEUU y como consecuencia, después de varias acrobacias políticas, los cubanos lograron que el Congreso de Los Estados Unidos aprobara el 2 de noviembre de 1966 la «Ley 89-732, The Cuban Adjustment Act». Ésta estaba destinada a regular la estancia de emigrantes cubanos refugiados en ese país, de antes y después, de las avalanchas migratorias de cubanos.

Con esta Ley, «toda persona nacida en Cuba, su cónyuge o hijos menores de 21 años, eran elegibles para obtener la residencia permanente en los EEUU después de permanecer físicamente en el país por un año», siempre que cumplieran con un grupo de requisitos que ofrecemos a continuación.

1. Probar que es nacional o ciudadano de Cuba.
2. Haber entrado legalmente a Estados Unidos.
3. Haber estado físicamente en Estados Unidos durante un año.
4. No tener impedimentos por cargos criminales u otras razones que rindan a la persona inadmisible a Estados Unidos, como haber participado en persecuciones de individuos por motivos de sexo, nacionalidad, ideales políticos, o por pertenecer a grupos específicos, etc.).

Desarrollo del fenómeno migratorio cubano

Sucesivamente, esta Ley sufriría pequeñas modificaciones que permitiría a los cubanos obtener su estatus de legalidad en EEUU, aún en el caso en que no se superara el requisito número dos. La explicación a este hecho estaba muy bien justificada desde el punto de vista humanitario; el gobierno cubano seguía persiguiendo a quienes decidían «traicionar» a la Patria y además tenía el poder de decretar quien o quienes tenían el derecho a viajar, en este caso, a abandonar el país. La combinación de: «represión gubernamental cubana» con “apertura estadounidense”, provocó que nuevamente sucedieran en la Isla todo tipo de salidas ilegales que seguían poniendo a Cuba en la comidilla internacional. «¿Si la Revolución Cubana es tan maravillosa, porque sus ciudadanos prefieren morir en el Estrecho de la Florida a seguir en ella?»

Desafortunadamente el Gobierno de EEUU no ha sabido atenerse al requisito cuatro, puesto que ha permitido que muchos de los que otrora persigueron a sus compatriotas en la Isla por razones políticas o religiosas, hoy recidan tranquilamente en ese país.

Ésto derivaba en una inconveniencia con que el Gobierno Revolucionario convivía de muy mala gana. La realidad era apabullante; Cuba no era atractiva para sus nacionales. La represión y las carencias en las que vivían los ciudadanos de la Isla eran una bomba de tiempo que explotaría en algún momento y ese día resultó ser el 5 de abril de 1980. 

Esa mañana, más de diez mil ciudadanos cubanos penetraron en la Embajada de Perú en La Habana, después de que el gobierno retirara su custodia. Horas antes un autobús arremetió contra la embajada y en el suceso murió uno de los guardias que la custodiaban. La embajada se vio desbordada por miles de cubanos solicitando asilo diplomático, con el objetivo de abandonar el país a toda costa. El Gobierno Cubano, comprendió rápidamente el descredito que representaba la nueva situación y se apresuró en tachar a los «traidores» como «escoria social y lumpes».

Fragmento del Discurso del Acto Conmemorativo del Primero de Mayo, el 1º de Mayo de 1980.

…¡Ese, ese es este pueblo, no los lumpens que quieren presentar como imagen del mismo, no la escoria que se alojó en la embajada de Perú!...Eso fue lo que más ofendió al pueblo…

Un día después de estos sucesos, los funcionarios militares del gobierno comenzaron a tocar en las puertas de los delincuentes más conocidos del país y los incitaron abandonarlo. Recuerdo como un familiar contaba orgulloso a mi padre como le tocó la puerta a un tal Ricardito el Carnicero y le dijo: «recoge tus cosas que te vas. Si te quedas ya sabes que la cárcel se está quedando vacía y va a haber mucho espacio para delincuentes como tú». En efecto, el Gobierno también abrió las cárceles y les dio la opción a los reos de quedarse en el país o abandonarlo. La elección lógica siempre sería la segunda y con esta trastada se intentaba desacreditar nuevamente a los “traidores”, y en alguna medida lo conseguía. 

Éxodo del Mariel, 1980
Pero este descrédito moral no fue el ataque más cruel que sufrieron los protagonistas de aquel estallido que terminó en la irrupción en las Embajadas del Perú, y seguidamente la de Venezuela. Lo que más perdura en el recuerdo de las víctimas fueron los ataques físicos. Apedreados, pateaduras, violaciones de domicilio y físicas, en plena calle, a la vista de todos y con la complicidad de los agentes del orden. Hay una gran cantidad de filmaciones ilegales que hoy prueban estas acciones. Los exiliados en las embajadas fueron apedreados a pesar de que cientos de niños permanecían en su interior. Se les condenó a vivir por varios días en condiciones de hacinamiento, llegando al límite de cortarles el suministro de fluido eléctrico y de agua. Fueron momentos en que incluso muchos comunistas sintieron vergüenza de lo que ocurría y se acurrucaron en sus casas, pero siempre autoreprimiéndose para no expresar su desacuerdo con la barbarie.

El Gobierno Cubano cerró la partida abriendo el Puerto de el Mariel. Nuevamente ofrecía colaboración logística para que los residentes cubanos de EEUU recogieran a sus familiares y amigos de la Isla, pero esta vez tendrían que aceptar entre sus pasajeros a los verdaderos antisociales, que siempre fueron una minoría irrisoria comparada con los trabajadores y los intelectuales cubanos que aprovecharon también la oportunidad. 

Ciento treinta y ocho mil cubanos abandonaron la nación en lo que se conoce hoy como el «Éxodo del Mariel». En un país como Cuba representaba que el 1.13 porciento de su población abandonaba la nación en unos días. Esto significó, que a pesar de todos los esfuerzos que el gobierno cubano invirtió para enmascarar sus problemas internos, la Revolución Cubana se desacreditaba cada vez más.

Después de la tempestad vino la calma. Washington viendo que sería imposible detener la avalancha de cubanos hacía la Florida y previendo gastos extraordinarios para su país, volvió negociar con La Habana.


Víctimas (mortales) del
Hundimineto del Remolcador
13 de Marzo, Julio 1984.
(faltan cuatro)
El 13 de Julio de 1984 un grupo de cubanos secuestraron el «Remolcador 13 de Marzo» y el Gobierno Cubano decidió darles una lección ejemplarizante. Cuatro embarcaciones equipadas con mangueras de agua a presión embistieron al viejo navío que huía de la Isla con su carga de 72 personas. El saldo resultante de 41 muertos, incluyendo 10 menores de edad, provocó escalofríos en la conciencia de los cubanos, tanto fuera y dentro del país, y dejaba patente cuan lejos estaba dispuesta a llegar La Revolución cuando se trata de su “prestigio”. La Opinión Pública Internacional volvió a poner en tela de juicio al gobierno de la Isla, pero hábilmente este volvió a dar pista libre a las salidas ilegales, creándole a una vez más un problema logístico a las autoridades migratorias estadounidenses.
El Gobierno hace de la vista gorta.
Manifestación y apoyo a Balseros que van rumbo
al Melecón habanero, para echarse a la mar.
En unos pocos días, con la esperanza de tocar tierra en la Florida o ser recogidos en alta mar por el servicio de guarda fronteras estadunidense, miles de cubanos se lanzaron al mar con embarcaciones improvisadas. Washington, recordando la terrible experiencia del Mariel, decidió desviar este nuevo flujo migratorio hasta su Base Naval de Guantánamo, para procesar a los cubanos huidos del país y evaluar la situación de cada uno de ellos antes de permitirles entrar en su territorio continental. El gobierno de Cuba habría nuevamente las válvulas de la presión interna pero esta vez a medias.

No era exactamente lo que esperaban aquellos cubanos, que ansiaban llegar sin problemas a los EEUU y recibir con rapidez algún estatus migratorio. Esta vez las noticias llegaron a la Isla y producían un desanimo inmenso en muchos de sus ciudadanos.

Manifestación expontánea, Agosto de 1984.
Pero no fue hasta Agosto de ese mismo año en que el caldero de las inconformidades y la desesperación volvió a estallar.

Miembors policiales y paramilitares
deteniendo y apeleando a un manifestante,
Agosto de 1984.
El 5 de Agosto miles de cubanos desbordaron varias áreas de Centro Habana en las proximidades del Malecón. Los gritos de «Libertad» colonizaron por un buen tiempo las avenidas. Esta vez la respuesta fue totalmente militarizada aunque el gobierno hábilmente introdujo las conocidas «Brigadas de Respuesta Rápida» en el ceno del conflicto. En menos de dos días logró fragmentar las manifestaciones espontáneas, hasta que ya no existieron. Las salidas ilegales continuaron sucediéndose, pero en menor grado gracias a que Washington volvió a reconsiderar la situación. 

Balsero Cubano
Corriendo para pisar tierra
Ley Pies Secos - Pies Mojados.
Mucho después, en 1995, durante el gobierno de Bill Clinton, se modificó la Ley de Ajuste Cubano, con la introducción de los conceptos «pies secos» y «pies mojados». Aquellos cubanos que lograran pisar el territorio de los EEUU podrían tomar ventaja de la Ley, los que no serían repatriados a la Isla. Una medida paralela fue la de reforzar los servicios de guarda frontera en el Estrecho de la Florida. Como resultado de esta modificación disminuyeron las salidas ilegales por mar desde Cuba, se descongestionó la Base Naval de Guantánamo y aumentaron las entradas a los EEUU a través de terceros países. Este fenómeno favoreció el surgimiento de mafias de tráfico humano desde la Isla a terceros países o directamente a algún Aeropuerto Internacional de los EEUU. La frontera con México, registró un incremento del 22% de cubanos procesados para el «Parolle» (el paso previo al  Permiso de Residencia) y en menos de tres años desde 1996. (Este porciento a aumentado aunque no se conoce la cantidad).

No es difícil comprender, y a pesar de que se trata de una isla rodeada de agua, que la emigración cubana hacia los EEUU es indetenible. Ya desde 1997 comenzó a notarse un cambio de mentalidad en los gobernantes cubanos respecto a esa emigración. Los que antes eran unos traidores, ahora renacían como la bendición que garantizaba un influjo de remesas que no podían darse el lujo de despreciar. No fue un proceso instantáneo, porque comenzó a fraguarse desde mucho antes, probablemente desde la misma época del Éxodo del Mariel. 

El Gobierno Cubano aprendía dos cosas:

a) Cuando hay problemas hay que fomentar las salidas. (Abrir la válvula).
b) Los emigrantes garantizan una buena tajada de divisas para el país.


Situación actual

Con la llegada de Raúl Castro al poder, dentro de las cúpulas del gobierno comenzaron a notarse cambios en los conceptos migratorios. El nuevo mandatario iba a dar un giro total a la emigración cubana y hay que reconocer que muy pocos se lo esperaban. El 16 de octubre de 2012, anunció una reforma migratoria que pondría fin al indecoroso permiso de salida o «Carta Blanca» que daba al Gobierno el veto de permitir a un nacional salir o no, y por cualquier razón, del país. Tampoco serían expropiados aquellos cubanos que decidieran residir en el extranjero por determinado tiempo, siempre que pagasen ciertos gravámenes en sus respectivos consulados y lo declararan con anterioridad. La Ley deja algunos resquicios abiertos en donde el gobierno cubano podría atribuirse el derecho de vetar estas salidas, pero la realidad es que muchos disidentes, algo que parecía improbable, han experimentado por primera vez el derecho a viajar. Solo en el caso de los profesionales de la Salud y la Ciencia, el Gobierno continua manteniendo un cerco muy cerrado en cuanto a este derecho.
Yoanis Sánchez (reconocida disidente cubana)
Finalmente puede viajar.

A partir de este hecho no es difícil llegar a la conclusión de que el Gobierno Cubano está apostando por la política de: «Válvulas Abiertas» y la de «Reevaluación de los Emigrantes Cubanos». En este último punto hasta hemos sentido un coqueteo muy sínico con declaraciones muy contradictorias cuando las comparamos con las de su hermano Fidel Castro, como que la mayoría de los cubanos emigran por razones estrictamente económicas.

La pregunta que surge al respecto es: Hasta que punto sigue justificándose la Ley de Ajuste Cubano. ¿Si los cubanos pueden viajar sin restricciones y ya existe una reforma migratoria, no debería el Gobierno de los Estados Unidos hacer también una nueva reforma de la Ley 89-732? Tal vez debería ofrecer esta ventaja solamente a aquellos ciudadanos cubanos que formen parte de esos grupos excluidos por el gobierno de Cuba en cuanto al derecho a viajar, como es el caso de los profesionales de la Salud y la Ciencia. Este es un punto inconcluso que prefiero dejar sobre la mesa.

No me extrañaría que más adelante se restablecieran las relaciones entre la Habana y EU. Tal y como van las cosas, el Gobierno de Barac Obama a demostrado mucha debilidad en temas de política internacional. Si ese casi inverosible fenomeno ocurriera, la Ley de Ajuste Cubano volvería ser el objeto de la observacion de los que no creemos en su conveniencia para alcanza el futuro democrático de Cuba y sería una razón más para que deje de tener un sentido. 

La emigración de los cubanos seguirá mientras exista un espacio disponible, una brecha por donde conquistar un poco más de libertad o alguna ventaja económica. Este comportamiento de emigrar para mejorar, es humano y forma parte de la historia de la humanidad, pero en el caso de los cubanos hay un matiz político, que si bien no se ha debilitado, ha cambiado.

Resulta curioso como el Gobierno Cubano sigue ignorando la decisión de muchos compatriotas de hacerse ciudadanos de otros países, obligándolos a usar el pasaporte cubano para entrar en la Isla. A pesar de que es una ambigüedad en la misma Constitución del Estado Socialista de la República de Cuba, los cubanos con pasaporte extranjero siguen en desventaja frente a los extranjeros que viajan a Cuba, puesto que en realidad Cuba no reconoce otra ciudadanía que no sea la cubana para sus nacidos en la Isla, salvo una excepción que esta muy bien aclarada en la Ley. Para hacer más complejo este análisis, tenemos que los EEUU considera que los cubanos que ostentan esas otras nacionalidades, no tienen derecho a la Ley de Ajuste Cubano. Muchos cubanos-españoles, con la intensión de ser favorecidos por la Ley de Ajuste Cubano, se han visto precisados a ocultar su ciudadanía española, francesa, etc. en el momento de su entrada a los Estados Unidos. 

¿Estados Unidos se reusará a cerrar la válvula que con tanta procacidad Raúl Castro abrió de par en par? Hay una ley ambigua en los Estados Unidos, cuestionada por otros grupos de emigrantes y esa es la Ley de Ajuste Cubano; en mi opinión ya es tiempo de que deje de existir.