Y por fin el Senador Marco Rubio entra en la escena
de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica.
Un hijo de emigrantes cubanos, de origen humilde,
podría convertirse en el presidente número cuarenta y cinco del gran país. El joven
político ha tenido una carrera meteórica dentro del Partido Republicano y
muchos lo recordamos cuando en el 2004 se enfrentó prácticamente solo a toda la
cámara de Tallahassee contra los intereses de los seguros que pretendían eludir
sus obligaciones después del devastador paso del huracán Alex. Lo recordamos en
la cruzada contra la compañía FPL que pretendía dejar caer sobre los
contribuyentes una buena parte de sus gastos devenidos por una gran
ineficiencia y política de ahorro, en detrimento de la calidad de sus
servicios. Marco Rubio tocó la fibra de los contribuyentes floridanos algo que
por entonces su mentor, el Gobernador Jeb Bush, no parecía comprender. Iba en
ascenso a una velocidad inesperada, con pocos recursos, pero demostrando un
gran talento y visión.
Una de las cosas más deseadas por un político es la
de no tener que contradecirse así mismo y eso es algo que Marco Rubio no ha
tenido que hacer hasta el momento. Eso genera mucha confianza en los votantes.
El otro elemento a favor de este joven político es su excelente oratoria, tanto
en Inglés como en Español, lo cual es altamente envidiable para cualquiera que
pretenda sentarse por un tiempo en la Casa Blanca.
El temple de este joven político es también
envidiable. Mientras que su antecesor Barack Obama se ha visto obligado a
mantener un doble discurso en temas como la energía atómica en Irán, la
emigración, el problema cubano (que debe tocarle muy de cerca), el problema
venezolano, el terrorismo, la energía y los derechos humanos en China, por
ejemplo, a este Senador Rubio no le ha temblado la boca. Ha mantenido una
constancia casi invariable en todos estos temas, con un lenguaje directo y
preciso.
Su parte débil podría ser la falta de experiencia,
puesto que sería uno de los presidentes más jóvenes que haya pisado el mármol
de la Casa Blanca, por detrás de John F. Kennedy que tuvo el honor a los 43
años, la edad que tiene Marco Rubio en estos momentos. Los votantes más
tradicionalistas verán en él esa fisura y puede que se la hagan pagar. Sin
embargo, cuando escuchas este joven en sus elocuencias concisas y lógicas,
sientes veteranía. Todo dependerá de si le den la oportunidad del decir.
Hasta ahora hemos visto en él, una imagen de
afabilidad y seriedad, una combinación bastante difícil de encontrar en un
político. Los que han estado cerca de este joven han expresado que marcha sobre
un terreno seguro y que casi se llega a la certeza de que es así.
Desde donde el Senador hizo su anuncio |
No creo que Marco Rubio traiga debajo del brazo
todas las soluciones a los problemas de los Estados Unidos, pero sospecho que
su agenda puede solucionar una buena parte de ellos. El tema de la inmigración,
puede ensombrecer su campaña porque los emigrantes aspiran a que sus
familiares del otro lado tengan también la posibilidad de realizar su sueño
americano. Sin embargo, Marco Rubio habla de seguridad, de reforzar la frontera
por razones de Seguridad Nacional, exactamente para proteger a los Estados
Unidos del creciente terrorismo internacional. Todo dependerá de la
inteligencia del inmigrante-votante para entender que el tema
"seguridad" no es exactamente una política antimigratoria, como
pretenderán presentarla sus adversarios.
Pero Marco Rubio no lo tiene fácil. El sector de la
izquierda más recalcitrante norteamericana, como el de la mano oculta de Nancy
Pelosi, y ante la evidencia de que se acerca el turno Republicano, preferirán
darle cordel a un Jeb Bush o a un Teb Cruz, que le parecerán enemigos
reconocibles y predecibles, que a un Marco Rubio, lleno de ímpetus, pero con
muy pocas posibilidades de ser moldeado. Los mismos Republicanos harán presión
a favor de Jeb Bush que es de la vieja escuela y al que por pura tradición
guardarán fidelidad. Desde el extranjero veremos a un Vladimir Putin ponerse
las manos en la cabeza, después de haberse embaucado en una nueva cruzada rusa
para redimir las glorias del pasado. Ni que hablar de los gobiernos de la
Habana y Caracas, que hasta hora han echado pestes de Obama, pero que estarán cruzando
los dedos para que este joven no tenga su oportunidad; el viejo dicho de:
Éramos muchos y parió Catana. También veremos preocupación por parte del
gobierno de España, que para entonces, según las encuestas de hoy, tendrán a un
Pablo Iglesias desmochando lo que queda de la economía española.
Son muchos los enemigos que ya mascan palabras
lascivas contra este senador en caso de tener éxito. Desde el fondo de su
corazón, aunque pregonen odiarlos, preferirán a un Antonio Villalobos, Alcalde
de los Ángeles 2005-2013 o a una Hillary Clinton, Secretaria de Estado
2009-2013, Senadora por Nueva York 2001-2009 y Primera Dama 1993-2001.
Cualquiera valdría para ellos como presidente de los Estados Unidos, nunca un
Republicano, pero si es Marco Rubio, peor.
Marco Rubio dijo: "La Casa Blanca no está
reservada únicamente para familias ricas". Obviamente, el mensaje estaba
dirigido directamente para los Clinton y los Bush. Esta afirmación, será muy
mal vista en ambos lados de la contienda, Demócratas y Republicanos, por lo que
ya es evidente que Marco Rubio va contra todos y sabe que no tendrá aliados.
Si Rubio demuestra que tiene un plan real, no uno de
palabras generales y adornadas, sino uno que demuestre su sabiduría ante la
ciudadanía, la cual siempre ha sido subestimada, podríamos decir que tiene
grandes posibilidades y que hará la diferencia, como el mismo acaba de
prometer.
Desde este lugar, alejado del la vorágine
estadunidense, yo pongo mi esperanza en que Marco Rubio sea el presidente
número 45 de los Estados Unidos y que lo haga bien.
Para ver fragmentos del discurso haga un clic aquí.