¿Qué va pasar con Cataluña al
día de hoy? Esa es la pregunta que la mayoría de las personas preocupadas por
la situación de esa comunidad se están haciendo ahora mismo. De esto se ha
escrito mucho y se ha hablado todavía más, pero muy pocos se han atrevido a
decir lo que ni en pesadillas se desea aceptar.
Economía
Cataluña posee un PIB
suficientemente importante (211.915M.€), como para ser un país con una economía a la altura
de la Unión Europea .
Ese PIB es ligeramente más elevado que el de Madrid (210.813M.€). La Comunidad de
Madrid cabría territorialmente poco más de cuatro veces dentro de la de
Cataluña. A esto podemos sumarle una parte negativa y desagradable que es la
deuda. Cataluña tiene una deuda de 75.098 M.€ mientras
que la de Madrid es de 30.451
M.€,
menos de la mitad de la primera. Con estos balances generales, - no estamos
hablando aquí de exportaciones e importaciones o de balanzas comerciales, índices
en los que Cataluña saldría peor parada, podemos hacer una predicción económica
de bajo riesgo e imposible de rechazar. Cataluña después de una independencia, tendría
serios problemas para afrontar a los acreedores internacionales y no tendría
una economía lo suficientemente estable como para salir airosa de ese problema.
Política respecto al resto de
España
Para los españoles la salida de
Cataluña sería una traición imperdonable, incluso para los políticos que
apoyaron el referéndum porque perderían esa jurisdicción o emplazamiento
político; - nueva nación, fragmentación de partidos -. De manera que el
malestar popular se va a canalizar muy rápidamente en prácticamente todas las
alineaciones políticas que no querrán perder parte de sus votantes. Aquello que en Cuba se
repetía mucho de: “el derecho a la autodeterminación de los pueblos”, terminará
convirtiéndose en tabú en la mayoría de las comunidades españolas. Esto se
traduciría en boicot a todo lo que es catalán, siendo el resto de España el
mercado principal de los productos de esa región. Los productores Catalanes no
tendrían ni tiempo ni espacio donde maniobrar. El otro problema será el de las
ciudadanías. Ante una situación de tamaña magnitud, habría que escoger entre
una u otra ciudadanía, donde ninguna de las partes estaría de acuerdo con la
doble ciudadanía; unos por irreverencia y otros por despecho. Aquí veremos
conflictos graves entre las familias divididas y la disposición a una posición irreconciliable, que como poco
duraría unas diez generaciones (tomando como referencia procesos históricos
como los de Irlanda del Norte). Esto es lo mismo que decir, controles
fronterizos, afectación y debilitamiento de las comunicaciones logísticas y de
movilidad ciudadana, aranceles comerciales y una hostilidad comercial
monitoreada desde los elementos políticos. Lo anterior se basa en la posición
que tendrá al respecto la Comunidad Económica Europea que será el siguiente
punto.
Política de la Comunidad
Económica Europea
Con un Brexi cada vez más
cerca, con un creciente malestar general ciudadano europeo, que provoca que una
gran división en el tema de seguir o no a la Unión, sumando el problema de las
molestísimas y desestabilizadoras amenazas y acciones terroristas y, para
llenar la copa, la muy eminente puesta en marcha de un nuevo plan de seguridad
fronteriza, - Europa se verá obligada a enviar un mensaje -. Ese mensaje está
muy bien definido; “no divisiones”. Tendrá que cortar de súbito cualquier otra intención
independentista que continúe debilitando a toda la Unión y para eso tendría que
rechazar a una Cataluña que está enviando el mensaje equivocado. No ha pasado
ni un mes desde que Donald Tusk, presidente de la Unión, expresó su deseo de extender el euro
a las demás naciones europeas, básicamente a una gran parte de las que
constituyeron la Europa del Este y que llevan años a la espera de esa
oportunidad. Con una clara intención integracionista, el separatismo no tendría
un espacio en las políticas europeas que están demandando menos participación
política de las naciones y más poder para una Europa Unida. El mensaje, merita
repetirlo, será el rechazo a la nueva y nacionalista República Catalana.
Repercusión para el resto
de España y Europa en general
Sin duda tendrá un efecto
negativo. Este efecto negativo no solo será económico y político, también lo
será desde un punto de vista emocional y en añadidura provocará un traumatismo
en cuanto a la movilidad comercial. El gobierno Español se verá obligado a
establecer nuevas rutas comerciales que eviten el territorio Catalán, puesto
que es obvio que Cataluña podría aprovecharse del Corredor Sur para penalizar a
España, además que la propia España debilitará con toda intención las
relaciones comerciales entre ambas regiones. Pareciera muy superfluo hablar de la
liga de futbol española, pero quienes conocemos personalmente la idiosincrasia
de estos pueblos, no tememos dudas de que la división de la liga será un evento
muy doloroso para las partes.
Repercusión para Cataluña
Para los catalanes será un
reto quimérico que tendrían que asumir porque el proceso de separación será tan
costoso que se les hará impensable la idea de una vuelta atrás. Habrá
confiscación de bienes en ambas partes, nacionalizaciones de empresas españolas
en Cataluña y catalanas en el resto de España. Las empresas de fabricación de
armamentos de la OTAN que operan en Cataluña tendrán que retirarse rápidamente
por una razón puramente estratégica. En lo referente a este punto, hay que
decir también que Cataluña quedará fuera del tratado de defensa de la OTAN, de
acuerdo con los artículos 5 y 6 que se refieren a la seguridad de los miembros.
Cualquier intención de inclusión, el veto de España está garantizado y hay que recordar que el veto de
un solo miembro es suficiente para impedirlo. El costo se eleva con la obligatoria creación y adaptación de las nuevas estructuras institucionales y la creación de representaciones diplomáticas en el resto de las naciones. En referente a la seguridad
anti-terrorista, no deberían haber dudas de que quedará a merced de las
voluntades yihadistas que tienen intenciones muy claras en la región y que ya
llevan un buen pedazo trillado. Si a esto le
sumamos que los grupos políticos de izquierda
han sido los más activos en proceso de separación y que suelen alardear
de una gran alianza con la comunidad musulmana, la situación de seguridad de
Cataluña podría pintarse de un rojo granate.
Resumen
Me he auto-censurado una gran cantidad de texto para acortar el
mensaje y liberarlo de tecnicismos que hacían de la lectura un trayecto más pedante. Los políticos catalanes ya cuentan con un documento que pueden presentar en las Naciones Unidas para pedir la aceptación, bajo la votación del resto de las naciones, del nuevo estado Catalán. Por mucho que deseemos que ese documento sea ilegítimo, alguna legitimidad tendrá. Realmente no hay mucho que resumir, solo cabe mencionar la palabra
“catástrofe”. Es un asunto que ocupó durante más de 25 años mis preocupaciones y no fueron pocas las veces en que afectó mi estado de ánimo, pero este ya es un tema concluido; hay que dejarlo marchar.
No creo que eso sea un tema concluido, como dice usted señor mío. Los españoles tenemos que seguir luchando, porque no hay derrota si no hay bandera blanca. Aquí nadie se rindió. Mi abuela es catalana y hay una rama de mi familia catalana que está en contra y que no fue a votar porque ellos consideraban todo esto una trampa de hijos de putas. Eso si se lo prometo, si Cataluña deja de ser española, lo siento por mi familia y ahí si le doy la razón, porque en mi vida ni yo ni los que estén cerca de mi volvemos a comprar nada hecho por empresarios catalanes en su territorio. La mayoría de las personas que conozco están pensando en lo mismo. No hay nada que le duela más a un empresario catalán que le fastidien en el comercio, que le vendan a los chinos si pueden el Cava que es bien caro y que nunca compitió con el Champan Francés. Lo comprábamos por patriotas, no porque fuera mejor.
ResponderEliminarPorcs feixistes. Volen doblegar un poble que vol seguir el seu propi camí. Visca Catalunya, baix el Imperialisme Espanyol.
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