domingo, 11 de noviembre de 2012

La Desindustrialización de USA y sus Seguidores.



Hace unos días tuve una reunión con Will Esdtrom, representante del Partido Verde en la Ciudad del Bronx, en New York. En la reunión le exponía ideas sobre una nueva forma de analizar las recaudaciones de impuestos, sobre como enfocarla y ejecutarla. Entre los lapsos de tiempo que tuve que dedicarle a mi bebe, que constantemente intentaba escabullirse del aburrimiento de aquella conversación, y suponiendo que Will estaría dispuesto a dejar aquel restaurante en cuanto terminara su café, me vi envuelto en una interlocución atropellada, que terminó siendo más interesante para mi que para él.

De alguna manera, seguramente por lo imposible que es para un cubano esquivar el “Asunto Cubano”, la conversación cayó en temas relacionados a la familia Rockefeller. El nombre de Fidel Castro Ruz apareció de inmediato. Se preguntarán ustedes ahora: ¿que tendrá que ver esta elite de multimillonarios con la Familia Castro? Yo también me lo preguntaba. Muchos de los lectores responderán con ironía que ambos son muy ricos, pero no, esa no es la respuesta correcta.

Fabrica Abandonada en DetroitAutor: Pablo Maza
Will escribió una palabra sobre uno de los papeles que habíamos garabateado en nuestros lances matemáticos; «de-Industrialization». Después me miró y me dijo que la desindustrialización de los Estados Unidos, con mucha seguridad, era una conspiración de una elite económica liderada por la familia Rockefeller en donde aparecían personajes difíciles de imaginar en la escena. Uno de esos personajes era el dictador cubano.

Por mi parte, que nunca me han gustado las «teorías de las conspiraciones», al menos hasta que no son probadas, me quedé con una duda perspicaz sobre lo que me estaba diciendo, pero aceptando que alguien que aspira a una posición importante en la política no podría fantasear con cosas tan livianas.

Al llegar a mi casa, me fui directo a Internet y comencé a buscar información. Sabiendo que la red es capaz de soportar cualquier trabajo, sea veraz o no, me concentré en aquellos que contenían referencias. Para un investigador lo más importante es que la fuente sea verificable. Y sí, habían muchas publicaciones con sus respectivas referencias verificables. Cuando me fui a las referencias, me encontré que algunas habían sido borradas, pero insistiendo encontré otras que bien podían valer por todas las que ya no estaban.

Ahí se encontraban las citas hechas por un extraño y carismático personaje, el Doctor Dennis Cuddy. «Quotes from David Rockefeller's Memoirs (Random House, New York, 2002) Chapter 27, pages 404 and 405». Cada una de estas citas fue comprobada por mi. Me ha tomado su tiempo, pero ahora puedo afirmar, que son  reales y que coinciden con la historia documentada.

Por la vía Dennis Cuddy, encontré conexiones con William Osborn McDowell; un hombre de negocios que vivió entre los años 1845 y 1927. Una de las cosas más interesantes de este último individuo, es que dio dinero para la causa independentista de Cuba contra España y que figura además como un ferviente patriota americano. Teniendo en cuenta que William Osborn Mc.Dowell, no era un santo en el mundo de los negocios y que se le considera también un especulador en asunto de tierras, es muy posible que todo este patriotismo constituyera su máscara para alcázar otros propósitos. Todo esto prefiero dejarlo a la imaginación, pero en ningún sentido es despreciable a la hora de comprender la relación entre la política y los negocios, allende a cualquier frontera nacional. Como la política y los negocios pueden atravesar los mares y concluir en una nueva organización de la sociedad.

Llama la atención que Fidel Castro fuera invitado y recibido por David Rockefeller a su casa en el condado de Westchester en 1995. Ya Rockefeller había demostrado simpatías por personajes de la política internacional muy controversiales.

Se celebraba el 50 aniversario de la creación de las Naciones Unidas en la cede del concejo de Relaciones Exteriores, en la «Harold Pratt House» de New York. Siendo la vida de Fidel Castro una de las pasiones de David no era de sorprender que su invitado más apreciado fuera Castro, pero un grupo de elementos hacía saltar otras dudas, más allá de las extravagancias del millonario.

Allí tropezaron con Yasser Arafat, uno de los grandes señores de la guerra del siglo pasado y premio Novel de la Paz. También estaba Jiang Zemin, que desde hacía dos años se pavoneaba como el primer ministro de la República China, la que se convertiría a partir de entonces en la Industria de América.

Por supuesto que las conversaciones no fueron grabadas, ni existen registros conocidos sobre la misma, pero hay un grupo de hechos curiosos, que se confunden entre muchos otros.

Rockefeller siempre demostró una incompresible admiración por el líder cubano y todo a pesar de que dos refinerías, las más importantes de Cuba, pertenecían a la «Standard Oil», una de las mayores inversiones de la Fundación Rockefeller en América Latina durante la década de los 50 del siglo XX. Rockefeller perdió mucho más que eso en Cuba, pero aún así solía decir: «Fidel está haciendo un gran trabajo». Las intervenciones del nuevo régimen comunista, más que alarmarlo, le alegraban. ¿Les parece extraño?

Rockefeller nunca ocultó sus ansias globalicionistas. El control total le fascinaba y no podía ocultarlo.

"For more than a century ideological extremists at either end of the political spectrum have seized upon well-publicized incidents such as my encounter with Castro to attack the Rockefeller family for the inordinate influence they claim we wield over American political and economic institutions. Some even believe we are part of a secret cabal working against the best interests of the United States, characterizing my family and me as 'internationalists' and of conspiring with others around the world to build a more integrated global political and economic structure--one world, if you will. If that's the charge, I stand guilty, and I am proud of it.

“Durante más de un siglo, extremistas ideológicos en ambos extremos del espectro político, han aprovechado incidentes bien publicitados, como mi encuentro con Castro para atacar a la familia Rockefeller por la influencia excesiva que ejercemos sobre las instituciones políticas y económicas. Incluso, muchos creen que nosotros somos parte de una sociedad secreta que trabaja contra los intereses de los Estados Unidos, caracterizando a mi familia, y a mí, como internacionalistas, y de conspirar con otros, alrededor del mundo, para construir una estructura mundial, más integrada política y económicamente. - un mundo, si se quiere. Si ese es el cargo, soy culpable, y estoy orgulloso de ello.

Pues si, Rockefeller acariciaba la globalización con su espectro internacionalista, cuando aún nadie conocía la palabra.

La industria norteamericana se ha estado mudando de país y esto lo saben la mayoría de los norteamericanos. Durante todas las presidencias del gran país, una década después de la Segunda Guerra Mundial, la industria textil, la del plástico, la electrónica, la de la maquinaria pesada y ligera, como tantas otras, han ido desapareciendo de la geografía nacional. No es un fenómeno de un solo día. Tanto en los gobiernos demócratas como en los republicanos se fue estableciendo la anomalía  y acentuando como normal, alcanzando el límite crítico que conocemos hoy en día.

Si ahora mismo regresáramos a los inicios de las relaciones comerciales mercantiles, donde los empresarios cambiaban determinadas mercancías por otras, Estados Unidos no tendría nada que ofrecer y el país se iría a la quiebra. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que las relación entre las importaciones y las exportaciones de los Estados Unidos, en su concepto de valor, supera hoy el cociente de cinco a uno. El país navega en una economía virtual que no durará toda la vida. Precisamente esa era una de las preguntas de Will, ¿Cuál será ese límite? Yo no sabía que responder, porque simplemente ese límite está sujeto a muchos elementos que no se pueden controlar.

- Cuando los países productores reaccionen diciendo: «Tu dólar no me sirve para nada. No puedo venderte. Ya no puedo darte más crédito».
- Cuando la gente vaya al supermercado y se plantee la sorprendente pregunta para un estadounidense: «hoy tenemos que escoger entre desayunar y comer».
- Cuando no haya necesidad de importar nada, porque ya no es posible consumir.

Fabrica de Autos en ChinaTomado de La Vanguardia
Rockefeller, debió sentir una admiración por el sistema político de las dictaduras de corte comunista, porque estas controlaban todos los ámbitos de la economía, de la información, de la justicia y de la política. Estamos hablando del concepto más estricto de lo que se conoce hoy por monopolio. La capacidad de abarcarlo todo y, claro, esto representa a su vez el poder de controlar la vida de los ciudadanos. Los que hemos vivido dentro de estos sistemas, cubanos, rusos, alemanes, checos, entre otros, hemos comprobado que el individuo termina siendo una marioneta muy fácil de hacer bailar; una golosina para los líderes político-economistas. 

Puedo concluir, que aún no creo en la teoría de una conspiración como tal, sino en la tendencia natural de los hombres con más poder del planeta para conservarlo. Yo diría que las democracias, las verdaderas democracias, no pueden ser bien vistas por aquellos que han llegado a lo más alto y ya no tienen rivales contra los que competir en buena lid. Solo les queda proteger sus posiciones, que técnicamente les fueron difíciles de alcanzar.

Pero es un hecho que el fenómeno de desindustrialización de los Estados Unidos está en marcha, y que una buena parte de Europa se ha contaminado con este proceso. Todo parece indicar que ni Republicanos ni Demócratas, pueden hacer nada para detenerlo, y tampoco muestran indicios de que intentan hacer algo al respecto.


En los debates de Mitt Romney y Baraca Obama se notaban los rodeos al asunto. En el caso de Romney se refirió a que hay que exigirle a China claridad en cuanto al valor de su moneda y reducir la deuda Americana con ese país, pero en ningún momento habló de cuales serían esas medidas que estaba dispuesto a tomar para lograrlo. En el caso de Obama, más pálido en el tema, se concentró en el absurdo de fomentar la creación de más puestos de trabajo para incentivar a los inversores. Como si los salarios que se les paga a los estadounidenses fueran lo suficientemente atractivos para los inversionistas, sobre todo cuando lo que sobran son esclavos asiáticos. 

No soy optimista. Pienso que existe una élite política que no desea invertir este proceso. Podría haber una crisis social de individuos que se sientan desamparados y hagan una apuesta revancha contra el the established. Sería lo más sencillo, porque aquel le prometa al ciudadano bajo y medio estadounidense una manera de ser ellos mismos competitivos, o de recuperar su propio valor humano, el que ahora se deduce resquebrajado y dolido, será el mecías en el que depositaran toda su esperanza.

Siendo irónico podría decir, que el problema de los mecías, nos lo cuentan las historias sagradas, es que vienen con una espada y que toda redención pasa por el filtro de los "sacrificios necesarios". ¿Cual será el próximo Samuel, no lo sabemos? Pero vendrá y se ungirá el mismo, y nos dirá que hará un país nuevo y que le devolverá la grandeza que le fue robada. Y es posible que hasta logre. 

Mi propuesta sería romper con el bipartidismo que durante años puede haber estado fraguando acuerdos en este sentido, y dar riendas a un nuevo concepto de democracia serrada, pero donde haya muchos más elementos de la sociedad involucrados en las decisiones de los gobiernos. Creo que es más oportuna una diversificación política para que otras líneas del pensamiento se incluyan en el manejo de la sociedad. No sería una garantía total y perfecta, pero podría proveerle a la política una mejora substancial. Siempre sería mejor que el Mecías. 

1 comentario:

  1. COÑOOOOO!!!!! El Fifo y Rokefel de socios. Ahi si que se termina de joder esto.

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