La
victoria de Ángela Merkel en Alemania en las recientes elecciones del pasado
fin de semana no son el resultado de su popularidad como vienen afirmando
diferentes medios de reconocido prestigio.
Una
de las razones por la que Merkel se ha impuesto es la inseguridad de los
alemanes en cuanto a su futuro económico. Los alemanes han resistido a los
tropiezos de la Unión Europea, pero eso no quiere decir que lo hayan pasado
bien. Han experimentado un decrecimiento de la canasta familiar en un 3.5
porciento y un notable declive de varios sectores de su industria nacional. La
decisión de darle cuatro años más a Merkel se debe a otros dos motivos.
Los
alemanes se han comparado con el resto de sus vecinos y han sacado cuentas de
que pudo haberles ido peor. Después de todo su presidenta tomo medidas
inteligentes como la de mantener altos niveles de formación profesional para
los alemanes desempleados y además no los dejó a su suerte. Los compensó con
ayudas que les permitieron superar la crisis sin convertirse en dependientes
totales del Estado, insertándolos en empleos en los cuales una parte del
salario corrió por parte del Gobierno. Alemania se ha mantuvo en «baja», pero
siguió funcionando.
Pero
la razón más importante no es precisamente esa estrategia de la Merkel para no
dejar caer a sus ciudadanos al ritmo de la crisis, sino la incapacidad de los otros
partidos para plantear alternativas. Estos han basado su campaña en
desacreditar a la presidenta y se han olvidado
de plantear con seriedad sus alternativas. Los Social Demócratas
hicieron una campaña para demonizar a su oponente al estilo USA y se
desatendieron del hecho de que sus ciudadanos no piensan como estadounidenses.
Ángela Merkel no tuvo que hacer mucho, sólo soportar como sus pancartas
publicitarias eran arrancadas o modificadas. Era muy normal ver la Foto de
Merkel sobrepintada con una nariz de payazo roja, pero nada más. Algo que
molestó a muchos ciudadanos que decidieron dar un golpe a la actitud burlona y
poco honesta de sus enemigos.
Muchos
alemanes pensaron: «si eso es todo lo que me ofrecen los antiMerkel, no voy a
arriesgar lo poco que tengo». Sin saberlo, el resto de los partidos trabajaron
a favor de la campaña Merkel y ella solo se sentó a esperar.
Vivimos
en tiempos de dudas y ya no es tan fácil ganar elecciones con lemas. Hace falta
un poco mas que eso. Los partidos que pretendan virar las cosas a su favor
deben ser concretos y sobre todo entendibles. Las monsergas duran un día y nadie
se alimenta con ellas.