miércoles, 30 de mayo de 2018

Tommy Robinson lanzado al caldero por


Tommy Robinson, el reportero británico que denuncia a los crimines del jihadismo en el Reino Unido y es islamófobo confeso, ha sido lanzado al caldero de la muerte.

Hace dos días Geert Wilder denunciaba frente a la embajada británica en la Haya el arresto de Tommi Robinson. En ese momento fui a confirmar la noticia  directamente con los medios ingleses, especialmente el televisión BBC y en los periódicos The Guardian, Wertern Mail y Daily Express.  Nada sobre la noticia. Yo pensé: “bueno, pues todos tienen derecho a un Fakenew; ya que hay tantos”. Sin embargo, seguía pareciéndome un poco extraño que un miembro del Parlamento Holandés hiciera un ridículo de ese tipo, haciendo un alegato bastante larguito y lleno de mensajes.  La confirmación me llegó de Canadá, no del Reino Unido, y fue a través del columnista Anthony Furey.

Resulta que Tommy Robinson se personó en el juicio contra una banda  musulmana que se dedicaba a violar y a prostituir a niñas en el Reino Unido. Por supuesto, un tipo como Tommy Robinson comenzó a hacer preguntas incomodas, algo que al juez no le gusto. Ya Tommy Robinson estaba fichado y sujeto  condiciones legales de no alterar al orden público, por lo que se cuidó mucho de no cometer ese error. Los criminales, perdón, los supuestos criminales, se ensalzaron con Robinson en una tirada de insultos y amenazas, algo que el juez tomó como brecha para ordenar su arresto, unos minutos después de salir del recinto. Pero no fue solo un arresto, porque una hora después ya se dictaba sentencia contra Robinson; trece meses de privación de libertad. 

Ahora dicen que Robinson leyó los nombres de los acusados y que eso puso el caso en una "situación compleja", pero resulta que la BBC y varios medios ya lo habían hecho antes y no fueron cuestionados por ello. No tienen nada contra Robinson excepto la incomodidad que él representa.

Lo que normalmente demora un proceso entre detención, presentación de evidencias a los abogados, establecer los objetivos de una primera audiencia, para posteriormente realizar un veredicto, a Tommy Robinson se le sintetizó en un par de horas. La propia banda que estaba siendo juzgada llevaba meses detenida y la mayoría de estos individuos esperan sentencias inferiores a la de Robinson. Entonces, ¿qué esta sucediendo?

Lo que hay es terror, o si se quiere, una sociedad paralizada por el miedo a enfrentar la realidad. Unos medios policiales temerosos de parecer islamófobos, jueces dispuestos a ensañarse con el audaz para ocultar su cobardía y unos medios de información que desperdician la noticia más relevante del día. Pero no todos los medios Británicos desperdiciaron la noticia, porque Asharq al-Awsat, un periódico de redacción árabe con una tirada diaria de 200 000 ejemplares, si se tomó en serio la noticia, e incluso celebro la decisión del juez.

A pesar de las ambigüedades, con una detención por desorden público, pero un juicio por desacato a un juez, la realidad es que la detención y la inmediata condena fue por una única razón, Tommy Robinson es un tipo incomodo. A mi se me hace evidente que la libertad de expresión es para aquellos que dicen lo que ciertos individuos toleran escuchar.

El problema es que Robinson ha sido condenado a muerte. Sí, lo que estoy diciendo tiene sentido. En un país donde las cárceles están pobladas por yihadistas confesos (25 000) y no confesos otros tantos, la vida de este chico está echada en el caldero de las bestias. Como dice el dicho, muerto el perro se acabó la rabia. La comunidad musulmana británica, la radical y la no radical, está deseando y diciendo abiertamente que lo maten.