sábado, 1 de octubre de 2011

Cuba no te confíes


Son muchas las generaciones de cubanos que soñaron alguna vez poder regresar a Cuba sin humillarse. Son muchas las que lo soñaron y son muchas las que ya no existen. Estaba pensando en mi abuelo, quien esperaba que algún día el gobierno devenido en tiránico dejara de ser y poder pasearse por las calles de Santiago con la tranquilidad de poder decir lo que deseara sin ser juzgado. Era un hombre muy culto, tanto que a algunos les incomodaba su propia ignorancia. Murió de una isquemia cerebral a una edad muy avanzada, pero completamente lucido. Alguien me dijo que aun hacia chistes sobre el régimen que gobernaba y gobierna la Isla. Pero esto no es un apunte sobre mi abuelo. Él, como muchos otros, se quedaron con los recuerdos de una época anterior a la Revolución, aunque vivieran en ella. Tal vez llegó el momento, porque tal vez este al doblar de la esquina el sueño de aquellos muertos que no pudieron verlo. Esto nos convierte en privilegiados y presiento que es bueno recordarlo.

Hay un gran movimiento cívico que antes era impensable; no hace mucho de eso. Ya nos habíamos acostumbrado al inmovilismo de ambas partes. El único problema es que pienso que no hay nada seguro y que esta oportunidad también puede escaparse si no se aprovecha bien. Esta es la época de los blogueros como Yoanis Sánchez, la época de los grupos cívicos que hacen huelgas de hambre hasta la muerte, donde un grupo de personas se lanza a la calle sin miedo a las turbas terroríficas (son muchos ya), de las Damas de Blanco, de Elías Vicé y de grupos que expresan con su arte el descontento para con el régimen. Esta es la época de los teléfonos móviles (celulares) y de una precaria internet que a veces es operativa. Entonces, ¿qué falta? Falta que no haya miedo por parte de los indecisos; es a ellos a los que hay que ganar. A los comprometidos, no podremos ganarlos, simplemente porque perdieron la dignidad mientras ganaban un bocadito de jamón. Es decir que aquel hombre nuevo que dibujó Ernesto Guevara de la Serna, no sólo es un fracaso, sino que además ya no es nuevo, más bien es una vieja pesadilla. Claro, los pueden encontrar en esos actos de repudios, pero a veces también están entre nosotros. Estos hijos de la ignominia guevaresca ya nunca estarán de nuestro lado, solo podrían fingirlo bajo presión y gracias a la carencia de dignidad podrían lograrlo. Nos queda el resto, que son muchos más, y dentro del gobierno castrista lo saben.


No tenemos una fórmula segura para ofrecer y no creo que ninguno de nosotros sepa en realidad como despertar al resto. Además, siempre resulta bochornoso incentivar a algo que no vamos a hacer nosotros mismos, por la simple razón de no estar allí, en aquel lugar donde se va rompiendo el corojo. A algunos como yo ni siquiera les permiten entrar a la Isla, pero eso es demasiado común también y nunca justificaría que desde una computadora nos creyéramos los artífices de lo que parece que podría estar a punto de suceder; un definitivo vuelco hacia una sociedad cívica en Cuba. Claro que nuestra posición es una vacante bastante segura para aquellos que son actores hoy en el enfrentamiento frontal con las fuerzas del gobierno. Lo que no se logre ahora, crearía un descontento enorme y un gran desánimo que podría alargar mucho más la persistencia de un gobierno, uno que solo ha traído desgracia para nuestra Isla. Hace ya veinte años, en Madrid, le expresé a una gran amiga, Ana Guardione, mi seguridad de que en caso de que Fidel muriese (no murió, pero si está inhabilitado) su hermano Raúl tomaría las riendas del gobierno. Recuerdo su incredulidad, ella me dijo que eso no iba a ser así. Ya vemos, nadie sabe como un cubano cómo funcionan las cosas por aquella tierra nuestra. Nada de las cosas que contemos serán tomadas como cien por ciento reales porque la realidad contiene historias poco creíbles; siempre sonarán a exageración. Tal vez escriba algo que les haga meditar acerca de la necesidad de no dejar ir este tren porque no queremos ser una generación más; una de esas que soñó y no vio. Lo dejo a vuestra consideración, pero me sabe amargo decir que esta situación podría no ser la definitiva y quizás de pronto nos viéramos en el escenario de estar esperando por otros veinticinco años más. Siempre es una posibilidad, no se confíen.

6 comentarios:

  1. Usted entonces no cree que la hoya haya alcanzado su maxima presion. Creo que se equivoca, ahora si viene un cambio. Por favor confie en algo, tenemos que creernoslo. Felicitaciones por su Blog.

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  2. Lo que me preocupa en realidad es lo siguiente.

    1- ¿Cuántas personas son capaces de romper con el miedo? A nadie le gusta convertirse en un desahuciado bajo la bota de ese gobierno. Una vez que te pisan, ya no te levantas.
    2- ¿Cuántos infiltrados tendrá el gobierno dentro de esos grupos de oposición?
    3- Pienso también que a Estados Unidos, no le convienen en realidad que haya un cambio político en Cuba. Es posible que este contemplando alguna fuga de capital. No en inversión, sino que el turismo de la Florida se mudo radicalmente, incluso afectando a Puerto Rico y a Dominicana, países que actualmente ya poseen una inversión muy alta de capital norteamericano.

    Puede que haya mas razones para no estar tan confiado, pero lo que si sé es que si esto no se hace grande ahora, lo aplastaran nuevamente y nuevamente vendrá un largo periodo de letargo.

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  3. Hay mucho sentido común en lo que estas planteando, realmente no la había dicho a nadie, pero eso es algo que yo también estoy sintiendo. No creo que esa hoya de presión este al máximo tampoco porque los de acá aliviamos la presión mandándole dinero a nuestra gente. Yo digo lo que tú dices con mis palabras, si esto no REVOLUCIONA ahora volverá a la calma y entonces vendrá ese periodo que dices y nos convertimos en nuestros abuelos que murieron esperando. A mi abuelo le paso lo que al tuyo, pero mi papa también tiene la esperanza de ver el cambio. Te imaginas a los cubanos de todo el mundo en las calles celebrando. Eso no me lo pierdo yo ni por nada del mundo. Eso va a ser tremendo. Te imaginas a la fiesta que se arma frente a los consulados cubanos, porque se arma, porque si los de adentro de Cuba pierden el miedo, imagínate a los que están afuera que van ahora a esos consulados con miedo. Mira mi hermano, confiemos en que la gente despierte y no deje ir el tren como tú dices. Yo diera lo que sea porque mi papa lo viera. Al menos eso, que el pobre lo dejaron sin nada y tuvo que morderla durísimo para levantar otra vez cabeza. En cambio, muy a dentro todos estamos dudando. Ojala nos equivoquemos. Oye y estuve viendo el resto del Blog y me gusta como escribes las cosas porque están fáciles de entender y me gusto mas el de los celulares. Saludos desde Palermo, Italia.

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  4. Hay demasiada represión para no querer verla. Depende del mundo y cuan dispuesto este a no volver la mirada en la dirección contraria. El mundo siempre hace lo mismo a última hora.

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  5. Queridos escritores no insulten el castellano como es posible que dos participantes escriban olla de presion con la misma halta de ortografia no se escribe "hoya"
    Sera el mismo ignorante que se cambia el nombre!!!

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